Artículo publicado en "Le Monde" el 10 de enero de 1891:
Las disputas entre el Ejecutivo y el Congreso Nacional que sufre Chile desde la asunción de José Manuel Balmaceda como Presidente, se profundizan al punto de situar a Chile al borde de una guerra civil.
El conflicto presidencialismo/parlamentarismo se ha agravado luego que en Octubre el Presidente clausurara las sesiones extraordinarias del Congreso y con el inicio de 1891 estableciera por decreto la prorroga de los presupuestos del año anterior. Como respuesta el Congreso Nacional de Chile ha declarado al Presidente Balmaceda fuera de la ley. Ante ello, el Presidente ha asumido todo el poder público necesario para la administración y gobierno del estado y el mantenimiento del orden interior. El periódico opositor "La Libertad Electoral" en su editorial del día 13 de diciembre de 1890, titulada "La verdadera causa", acusó al Presidente de tener "un mezquino espíritu de venganza", mientras que el también opositor periódico "El Independiente" en su edición del 11 de diciembre pasado, imputó abiertamente a Balmaceda de haber reclutado "en los arrabales y en las cárceles" bandas de delincuentes para que defiendan su causa.
Lo cierto es que la tensión política ha desembocado en una crisis de mayor importancia aun a partir de la politización de las fuerzas armadas chilenas que ya han tomado partido por uno u otro de los bandos. Apoyándose en la mayor parte de la Armada, el congreso ha delegado las operaciones militares en el Capitán de Navío Montt Álvarez con mandato de defender la "constitución y las leyes". Por su parte el bando presidencialista, apoyado por gran parte del ejercito, ha designado como jefe de las fuerzas al Coronel Robles Pinochet, un veterano de la Guerra del Pacifico.
Según las últimas informaciones de nuestro enviado en Santiago de Chile, las fuerzas leales al Parlamento se dirigen al norte del país, zona rica en salitre, la principal exportación de Chile.
NOTA: Este artículo ha sido redactado de forma íntegra y desinteresada por el jugador italiano, que no ha dudado un segundo en "echarme un cable" al saber que estaba falto de tiempo.