La flotilla capitaneada por el USS Alabama que debía bloquear los intentos Británicos de flanquear el archipiélago por el Norte marchaba con intención de rematar a su primera pieza grande, el crucero acorazado HMS Halifax.
Instantanea correspondiente al primer contacto visual con el USS Alabama:
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Pero mantener un ritmo más lento por el fortuito torpedo que alcanzó a su acorazado. Sumado al error de menospreciar la velocidad de las unidades británicas provocó un vuelco de la situación pues tras rematar a la unidad británica, la formación Unionista se vio obligada a forzar un brisco viraje de sus naves dejando su flanco expuesto a la artillería británica que no desaprovechará la ocasión.
Mientras tanto, frente a Honolulu, Sir Francis tiene que actuar rápido, tiene el grueso de su flota en un tapón de botella, pues el paso entre las distintas islas del archipiélago reduce la maniobrabilidad de sus unidades. Afortunadamente para sus intereses las unidades japonesas parecen dispuestas a cobrarse ventaja, lanzándose a la caza del que hasta ahora era sitiador sin temer la fiesta de torpedos que sin ninguna duda los unionistas tenían preparada para las primeras unidades que asomaran entre cada una de las diversas islas.
De este modo, Sir Francis ordena a sus unidades menores que se lancen junto con las unidades japonesas a atravesar el archipiélago, a fin de cuentas son las unidades mas sacrificables, un escogido grupo de acorazados y cruceros prestarán apoyo desde la distancia y cruzarán una vez la ratonera se haya limpiado y el resto de unidades rodearán el archipiélago.
La vista desde el puente de mando del HMS Dreadnought es digna de ser inmortalizada.
Las unidades Japonesas y británicas tratan de compensar la estrechez con sus velocidades, y se pueden observar embarcaciones cortando las olas entre una telaraña de estelas plateadas dejadas por los torpedos y el constante “salpiqueteo” de la artillería unionista, las unidades mayores de la flota japonesa tratan de devolver el fuego mientras los torpedos los alcanzan irremediablemente.
Columnas de humo levantadas por los buques Japoneses y fotografiadas desde el HMS Dreadnought:
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El precio a pagar por franquear los estrechos es duro, en especial para las unidades japonesas que ven muchas de sus unidades alcanzadas y forzadas a embarrancar para evitar su hundimiento mientras cinco pequeñas embarcaciones británicas son destruidas mientras intentan cruzar.
En el extremo sur del archipiélago, aproximadamente a las 19:00 comienzan los primeros fuegos artilleros en un espectáculo digno de admirar, pues participan alrededor de una cincuentena de unidades. La alineación por parte de Smedley de varias unidades de gran calibre, permite mantener una cortina de fuego, metal y pólvora que mantiene a distancia a las unidades británicas, e intacta la formación Unionista. Pero no impide que cada vez se perfilen más unidades enemigas en el horizonte, y que estas sean visibles cada vez más en posiciones hacia el este.
Smedley sabe que su posición es comprometida, muy comprometida. Ha llegado el momento de medir realmente sus fuerzas.
Los luminosos del USS Conneticut comienzan a emitir órdenes que son leídas por todas las unidades unionistas. Y todas en tropel salen con un solo objetivo, golpear el brazo sur de la escuadra británica y obligar a sus unidades a replegarse.
La escuadra Unionista:
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El golpe llega de pleno sobre el buque
HMS Edimburgh, un viejo acorazado que a duras penas pudo hacer un papel mediocre ante la acometida de las mejores unidades Unionistas, y de este modo durante la primera hora de combate, la escuadra comandada por el Edimburgh sufríó la pérdida de su buque capital, el crucero acorazado
HMS-Kent y cinco unidades menores.
Instantánea desde el puente de mando del Conneticut:
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Un sacrificio más que aceptable si con ello los británicos consiguen que la escuadra de Smedley muestre sus partes blandas.
Ahora es el turno de los británicos.