by Reino Unido » Tue Jun 05, 2012 1:35 am
LA CIUDAD LUZ SE ILUMINA CON EL INICIO DE LA PARIS-SAN PETERSBURGO
Paris se ha vestido de fiesta para saludar a los participantes del Grand Prix Paris-San Petersburgo. Miles de parisinos se han congregado hoy a los lados de las avenidas que desembocan en la carretera de Bruselas para ver a esos intrépidos hombres, símbolo de los nuevos tiempos, comenzando una gesta deportiva de envergadura única.
El Grand Prix Paris–San Petersburgo será el nombre que evocara en las generaciones por venir recuerdos de intensas, feroces y emocionantes peleas deportivas. Pero hoy el Grand Prix es una realidad que ha reunido a afamados y calificados conductores con hombres aventureros sin grandes calificaciones deportivas, todos bajo la premisa de coronar la meta en la lejana capital imperial rusa.
Los competidores con sus maquinas preparadas para la gran travesía, fueron saludados por los miles de espectadores en el Campo de Marte, a los pies de la maravillosa Torre Eiffel, símbolo de la ingeniera francesa.
Allí se encontraron quienes escribirán la historia del automovilismo, siendo participes de escenas de amistad y sana competencia deportiva entre los distintos equipos. Así pudimos apreciar al representante italiano, V. Lancia haciendo equilibrio sobre la trompa del vehículo del ruso Povolotskiy, mientras a pocos metros, el ingles Sinclair y el alemán Jellinek intentaban convencer a su interlocutor de que su país era la cima en tecnología automotriz. Los confederados revisaban sus mapas, mientras la gente se aglomeraba alrededor del español Villalbí y su motocicleta, moderno corcel con el que intentara alcanzar la tan preciada meta.
A la hora indicada, los competidores se alinearon en la línea de partida. El publico expectante escuchó la breve alocución del Sr. Jules Roche, Ministro de Comercio, Industria y Colonias de la Republica Francesa, quien destacó la labor que este tipo de competencias tiene y tendrá en el desarrollo tecnológico de la industria automotriz. Con el punto final de su discurso, accionó el gatillo que, disparo mediante, dio por iniciada la carrera.
Los participantes mostraron desde el primer momento la sed de victoria, siendo protagonistas de un autentico espectáculo automovilístico por las calles de la ciudad. El publico vitoreaba cada uno de los vehículos a su paso, en su camino hacia Bruselas.
"Dieu et mon droit"
"God Save the Queen"