Nuevo Orden 2.0. El juego geoestratégico por la dominación global

Nèi Si Tè, el responsable de la seguridad de Haikou, capital de la isla de Hainan se mantenía expectante tras las ultimas noticias recibidas. Esperaba que de un momento a otro aparecieran buques que mostraran la bandera del sol naciente. Y esa misma mañana, con las primeras luces aparecieron las siluetas de varios buques. No obstante, no portaban estandartes Japoneses, y aunque su emblema portaba un águila bicéfala, esta no era el águila Zarista. Poco importaba, estaba donde no había sido invitada y por lo tanto era un enemigo.
El Mayor, sin duda era demasiado pequeño para ser un de los imponentes acorazados, tal vez un crucero pero que monta un calibre inusualmente bajo para el estándar Nipón, pues de otro modo no necesitaría acercarse tanto a la costa.
Como si leyeran sus pensamientos, el buque abrió fuego contra las instalaciones portuarias, y casi no hizo falta ordenar a los voluntariosos, pero ineficientes guardianes Chinos que respondieran al fuego.

En la Ciudad Prohibida, parecían tener un irresoluble problema. Habían recibido una declaración Oficial de Guerra firmada por Francisco José I, Emperador de Austria, Rey apostólico de Hungría, Rey de Bohemia... y una sarta de títulos adicionales.
El problema es que en la corte Imperial se desconocía donde demonios estaba el Imperio Austro-Húngaro, las únicas noticias que tenían de esta nación hablaban de una bella princesa llamada Sisí Emperatriz que protagonizaba las lecturas de las jovenes adolescentes de las escasas familias liberales e ilustradas de china.

Ante la incapacidad, por parte de todo el Séquito Real de proponer una mejor idea, se difundió un panfleto por el que se informaba al pueblo de la obligación de detener a todo ciudadano o soldado austro-Húngaro que se encontrase.

Panfleto distribuido junto a una foto para que los ciudadanos chinos sepan diferenciar a un Austro-Húngaro de otros extranjeros:

En estos momentos, las tropas Austro-Húngaras están desembarcando en las proximidades de Beili en el extremo contrario a donde apareció la flota por primera vez.

La campaña de invasión Austro-Húngara a sufrido su primer revés.

En la que aparentemente no debía ser mas que un movimiento de avance táctico sobre una pequeña localidad montañosa en Baoting. Las tropas de invasión se han visto envueltas en una incomoda guerra de escaramuzas que duró cuatro días con un enemigo fuerte conocedor del terreno.

El contingente Austro-Húngaro, que comenzó con una dotación de 150 hombres tuvo que aumentar hasta los 500 ante la tenaz resistencia de las tropas chinas(se estima que han llegado a intervenir 800 soldados).

El resultado de la batalla ha sido la toma del pueblo lamentando la pérdida de 120 soldados europeos mientras que las tropas chinas solo han contado con 80 bajas.

La reacción Austro-Húngara ante estos sucesos, no se ha hecho esperar.

Por decreto Imperial, queda prohibido a la población civil de la isla de Hainan mantener todo tipo de contacto con las tropas rebeldes que escondidas en elinterior montañoso de la isla practican acciones de bandolerismo y pillaje.

Las fuerzas desplegadas en Hainan han recibido orden de acuartelarse en no mas de cinco plazas fácilmente defendibles y siempre ubicadas en áreas que permitan el control de las principales rutas comerciales de la isla.

Han decretado además que todos los ciudadanos deben comparecer en las oficinas de la "nueva autoridad" y dar cuentas de sus propiedades para realizar un inventario.

Cualquier ciudadano podrá ser detenido por las tropas con el objetivo de conocer el destino y razón de su viaje con vistas a evitar el comercio con las tropas rebeldes que resisten en las áreas montañosas de la isla.

"La Guerra Dormida"

Así es como apodó un periodista Francés de Le Monde a la campaña que Austro-Hungría mantenía en China. Pues las tropas desembarcadas en la isla de Hainan fueron suficientes para mantener el control de las áreas altamente pobladas, pero se mostraban insuficientes para buscar y destruir al enemigo en el interior montañoso y agreste de la isla.

De este modo, en una especie de acuerdo tácito, los Austro-Húngaros esperaban la llegada de refuerzos o de una mejor ocasión y las tropas chinas parecían conformarse con mantener su número sin excesivas bajas.

No obstante, los últimos sucesos han resultado en un fuerte revés para las tropas chinas. Una emboscada en una retirada Bahía en la que las tropas chinas pretendían avituallarse a resultado en la pérdida de mas de una treintena de soldados, y de un equipo, víveres y municiones vitales.

Sin duda les espera un duro invierno.